Aún me
cuesta volver a casa, pero no más que alejarme de ti, aún me pesa tenerte a 60
kilómetros aunque sólo sean unos pocos días cada dos o tres semanas, pero va
pesando cada vez menos, se va aliviando mí carga…
Me enfundo mis pantalones rotos, aquellos que rompí con mí
gran amiga la segunda vez de mí vida que iba a Granada, esa vez en que me
sentía tan inestable como el globo que se resbala de la mano de un niño en
mitad de la feria y sube al cielo sin remedio hasta que explota y se
desintegra, eso era yo intentando quererte con todas las fuerzas que no tenía…
Esos pantalones me hacen sentir tan bien, tan distinta, tan fuerte, tan yo…
Aunque ya estén rotos por donde no deberían…
Aún me pesa quedar con gente nueva, conocer a otras personas…
pero cada vez me cuesta menos…
Me coloco los auriculares en los oídos y simplemente camino,
un pie detrás de otro, una zapatilla roja de lunares después de la otra, así
hasta llegar donde me has dicho que nos encontraríamos, aún me incomoda comer
delante de desconocidos, pero cada vez me incomoda menos…
Sigo luchando conmigo misma, contra mis valores, mí idea del
amor y de la libertad, yo aquí en mí ciudad sentada en un bar, tu allí, sentado
en otro en tu pueblo, ¿qué diría la gente?... ¿qué importa?, ¿debería
importarme?... creo que no, definitivamente creo que no… Estoy conociendo el
amor sano, el tu allí, yo aquí… Aún se me hace extraño salir sola, hacer vida
sin ti, pero cada vez se me hace menos extraño… Cada vez que llego a casa trato
de desconectar, no es que no me importes, ni que te olvide, no me quito el
anillo, no te soy infiel ni te quiero menos, simplemente hago un paréntesis en
mi mente, para que haya espacio para más ideas, más mundos, más yo…
Aún me cuesta llegar a casa y olvidarme de que existe ese
aparato llamado teléfono, con aplicaciones que en teoría nos acercan, pero que
yo, con su utilización obtengo el efecto contrario… Pero cada vez cuesta menos…
Aún se me hace difícil confiar plenamente, sobre todo en mí,
pero cada vez es más sencillo…
La idea de espacio me comienza a correr por las venas… el
oxígeno… el vivir aparte de ti, hacer vida como si estuviera sola, aunque no lo
esté, aunque seas una de las personas más importantes ahora mismo, siempre
habrá alguien que lo sea más, porque ese alguien si que tengo la seguridad de
que no me va a abandonar jamás, de que va a estar conmigo el resto de mí vida,
y tengo que esforzarme por alimentar su cuerpo, su alma, y llevar el timón de
su vida… Ese alguien soy yo misma, mí compañera de por vida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario