Todas estas semanas he ido dando
pasos, pero no esos pasos físicos que nos llevan de un lugar a otro, sino ese
tipo de pasos que nos elevan y nos llevan más cerca de la persona que siempre
quisimos ser…
Siempre he odiado los conflictos,
sobre todo externos, porque los internos me han acompañado siempre, últimamente
he tenido de los dos y he salido adelante, y creo que incluso puedo decir que
airosa…
Lo que he descubierto es de ese tipo
de cosas tan obvias que son muchas las veces que la gente que te quiere te
explica, seguramente las lees, pero es como ese objeto que no dejas de buscar y
que al final, cuando miras sin prisa, tenías delante de tus narices…
Y es que he descubierto el respeto,
para mí esa palabra siempre fue ligada a la disciplina, al miedo, a lo paterno,
pero no es así, me he dado cuenta de que hay tantas cosas distintas en el
mundo, que identificamos a la ligera con tantas otras, y que no es así, que nos
equivocamos, siempre salimos de casa llenos de prejuicios, miramos a alguien
distinto a nosotros en la parada del autobús y casi podríamos hacer con
nuestros prejuicios un mapa de personalidad de esa persona, sin haber cruzado
ni tan siquiera un buenos días, y así nos pasamos la vida, escogemos nuestras
amistades o el inicio de nuestra conversación con cualquier en base a eso,
incluso a veces hasta a nuestra pareja…
El respeto… Estos días he aprendido
a respetarme, a respetar como soy, cosas tan esenciales y positivas como mí
concentración, la empatía por los demás, el saber escuchar… Y otras no tan
positivas como las miles de cosas que no sé hacer, no sé coser, ni hacer
determinadas comidas, ni cantar, ni bailar, mí excesivo miedo al ridículo que
me impide hacer miles de cosas… He hecho un pequeño pacto conmigo misma, de que
hay algunas cosas que cambiar… Y todo ese respeto personal me ha ayudado, me ha
hecho ver las cosas desde otro punto de vista… Así que, al igual que yo me
respeto a mí misma, estoy aprendiendo a respetar a la persona que está a mí
lado, empezando por su libertad, nadie puede imponerle obstáculos a nadie, y lo
digo yo, que llevo casi una vida imponiéndomelos a mí misma, como me enseñaron
siempre, nadie puede obligar a nadie a hacer otra cosa que no quiere, así que
ahora, todo parece girar en su sitio
Me
tomo mí tiempo, y le doy a los demás el suyo, me siento más querida porque
desde dentro me quiero más, me quiero con mis muslos juntos, con mis uñas
blandas, con mis orejas sin perforar, con mi exceso de carne, con mi piel seca…
Y eso repercute desde dentro hacía fuera, me siento más querida porque desde
dentro, y con todo eso, me quiero mucho más…
Tal
vez, como en la canción que escucho mientras escribo esto, solo necesitaba que
esperaran un poco por mí.
Kings of león- wait for me.
No hay comentarios:
Publicar un comentario