Es una lucha diaria, casi todo el mundo me lo ha dicho, dos
personas así, tan diferentes, no pueden estar juntas… Pero lo estamos, hace ya
más de 425 días y 425 noches…
Es un tira y afloja, es ceder yo el 99% de las
veces, porque el 95% la culpa del problema es mía, y es que siempre el problema
es el mismo, la puta dependencia emocional, él me prefiere y yo lo necesito, y
ahí está el matiz, el preferir es a veces, muchas veces o bastantes veces, pero
el necesitar es 24 horas del día cada segundo del año, y eso supone mucho
también, como que se genere la locura cada vez que se conecta y no me habla,
cada vez que no me llama, cada vez que sale solo, o cada vez que no sé qué
hace, que es casi siempre, porque no va con su forma el dar explicaciones, parece
ser, ni el decir florituras, ni el regalar flores ni el escribir notas bonitas
para que las vea cuando me despierte, el romanticismo es algo que le paso de
largo, igual que los reyes magos se saltan las casas de los niños malos en
Enero, así fue, y yo, hay días en que lo soporto, lo sobrellevo y hago el pino
en mí habitación para no pensar en esas nimiedades, porque sé que en el fondo
me quiere y me adora, sino no estaría aguantando el casi año ya, que llevo de
dependencia emocional, pero otros días, como hoy, el no dar una explicación, el
desconectarse sin avisar, es algo que me pone muy nerviosa, no por
desconfianza, sino por desinterés, porque no cuesta nada dedicar diez segundos
a escribir, estaré ocupado un buen rato, hablamos luego preciosa un beso… No
cuesta nada, y no lo hace, y eso duele y me tira para atrás en el proceso que
estoy haciendo, donde cada hora que paso sin tocar el móvil es un esfuerzo
titánico y no me vale la excusa soy asi, porque mí carácter es de estar
pendiente de alguien cada segundo, y
poco a poco lo amoldo y lo cambio, y estoy segura de que a nadie le está
costando esto más esfuerzo que a mi, sólo necesito unas pocas palabras al día,
no cuesta dinero, ni esfuerzo, sólo tiempo.
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