martes, 20 de mayo de 2014

Un toque de tranquilidad

                  Ya no recordaba que mí cuerpo pudiera albergar tanta tranquilidad… Y toda esta luz que vuelvo a llevar a dentro, en gran parte, es por ti…



            Ya no me acordaba de lo que era golpear las teclas del teclado con las uñas cortas…
            Ya no recordaba el santuario que era capaz de construir en mí propio cuarto…
            Ya se me había olvidado que podía vivir sola… La grandeza de ser una mujer, de hacer cosas por mí misma, de irme lejos sin tener que dar casi una sola explicación…

               Y todo fue por ti…

            Me encanta la vida que me das, nuestra vida, fundir la gasolina para ir de una provincia a otra, buscando pura diversión, y es que, como dicen, lo importante es el camino y para mí así fue… Sin casi hacerte preguntas, resolviste todas mis respuestas, sé que se supone que no debería importarme tu pasado, pero no es así, lo acepto, pero es parte de tu vida y siempre me importará... Siempre es difícil no compararse con lo anterior que has tenido, y en tu caso, yo siempre me veía perder, hasta el sábado…  Fueron tantas las cosas que me dijiste, importantes para mí, no sabes cómo, pero tanto que toda la pequeñez que sentía por dentro se borró, y me sentí orgullosa de ese hombre que iba al volante, con sus grandezas y sus desvirtudes, con sus días extraños, sus ratos felices, con todo, y siempre en pie, me sentí inmensamente feliz de tenerte conmigo, y pensé que yo jamás te haría daño como te han hecho en el pasado, nunca es nunca…      

            Aquella madrugada te recibí en mí cama y me recibiste en tus brazos, he oído que dicen que un día, alguien te dará un abrazo tan fuerte, tan fuerte, que todas tus partes rotas se juntarán… Y eso es lo que tu hiciste conmigo…



Feria de botánica- Carlos Sadness


No hay comentarios:

Publicar un comentario