viernes, 9 de mayo de 2014

Vamos caminando

            Y poco a poco, por fin llegó el día en el todas las piezas del puzzle fueron encajando por si sola, como en una máquina de feria… Y todo fue por ti…


            Era consciente de que podía lograr y curarme, y es lo que casi he conseguido, pero habría sido imposible para mí, sin tu ayuda…
            Por fin vi llegar los días en que me regalaste justo la tranquilidad que siempre había buscado, esa clase de amor que siempre te había explicado y nunca comprendiste…
            Por fin vi llegar los días en que abriste una rendija de tu coraza para mí, al contrario que yo, que voy sin ninguna por la vida, expuesta a cualquier clase de daño, pero es mí naturaleza, y hay cosas contra las que sí que no se puede luchar….
            Por fin vi llegar el día en que partiste de mí lado, de viaje, solo, y no dude de ti ni por un segundo… Entendí tus obligaciones, entendí que algo que para algunos puede no significar nada, para ti es tu vida, que es la música… Y te admiré por tu valentía…
            Por fin vi llegar el día en que te fuiste a recorrer calle sin mí, y no me sentí molesta ni por un minuto… Me agradó saber que sonreías, que compartías parte de tu hermoso tiempo con otras personas que te importan…
            Por fin llegó el día en que me dedicaste tantos detalles, que estuve en una nube de felicidad, enamorada perdida como no lo estaba hacía demasiados años, aunque tal vez no lo creas, así lo cuento y así fue…
            Por fin llegó el día en que estuve casi una semana de vuelta a casa y ni por una hora me sentí distinta, ni con ganas de irme, estaba donde quería estar, en mí cuarto, con mi cama y rodeada de libros, que es como sé vivir…

            A pesar de tantos avances, aún llega el día en que doy algún paso en falso, en que me equivoco contigo, me extralimito, trato de saber más de tu vida de lo que debería o de interceder en ella cuando nadie me ha pedido que lo haga, o simplemente, se me olvida que todos los días no derrochamos amor, porque esto es la vida real, y me empeño en pedirte el 100% de atenciones cuando quizá ese día, tú no puedes dármelas, me enojo internamente, y en vez de dejarlo correr, te escribo y te escribo, no paro de vibrarte el teléfono, hasta que consigo llegar a agobiarte y que te vayas a dormir sin decirme una palabra más, quedando yo peor que si hubiera dejado las cosas estar desde el inicio…


            Todo esto, no quiere decir que ya no tenga ni un ápice de dependencia emocional, seguro que algo queda, más que nada de inseguridad personal, pero paso a paso se llega a la cima de la montaña, y una vez allí, cuando veas lo hermosas que son las vistas, no querrás nunca volver a bajar a donde estabas…. 

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